¿Quieres tener una relación de pareja sana y feliz?

Encontrar una persona con quien puedas pasar un rato y sentirte a gusto es algo fácil. Todos en algún momento hemos tenido la oportunidad de compartir una relación con alguien a nivel superficial que pueda satisfacernos en ámbitos de pareja.

Sin embargo, lo complicado es hallar a alguien con quien podamos mantener una relación de pareja sana y duradera. Además, queremos que no nos complique nuestra estabilidad mental, sino que más bien nos impulse a avanzar en cada proyecto de nuestra vida.

Puede parecer un tema sencillo, pero es justamente este un error que cometemos con frecuencia en la adolescencia. Darnos cuenta de que requiere mucha madurez mental y experiencias previas para llegar a conservar una relación que valga la pena.

Esto no significa que, si en estos momentos no has logrado disponer de esta conexión, no puedas hacerlo a futuro. Es cuestión de aprender qué debes tener en mente para favorecer los vínculos que creas en el futuro, o que tienes en el momento.

Poner límites sanos

Cuando hablamos de relaciones de pareja es un mundo muy extenso. Hay personas con ciertos gustos y otras con el contrario. Ninguno está mal ni bien, es solo cuestión de compatibilidad.

Lastimosamente, no hay forma de escoger a la persona con quien mantendremos una relación como si se tratase de un producto del supermercado. No podremos decir: “veamos las características, sí, esto me gusta. Este es el que me llevaré porque es exactamente como prefiero”.  Es una cuestión de explorar y conocer cómo nos desenvolvemos en la presencia del otro.

Dicho esto, una vez que ya identificamos cómo es la convivencia y la rutina de ambos, es necesario hacer uso de la comunicación y establecer límites sanos que ayuden a que no haya enfrentamientos ni disgustos.

Por ejemplo, si no te gusta la música a todo volumen y a tu pareja sí, pueden optar por múltiples soluciones que ayuden a una convivencia sana. Comprar audífonos o establecer un horario en donde tendrá menor impacto esta actividad, te asegurará una relación de pareja sana.

Tener proyectos juntos

Los seres humanos somos criaturas inquietas por excelencia. Nuestro intelecto hace que no nos conformemos con el bienestar y optemos por proyectos para sentirnos aliviados. Las parejas funcionan de la misma forma. Una vez concluidos los primeros 6 meses de relación, donde normalmente estamos embelesados por la etapa de enamoramiento, es muy positivo crear un proyecto que le conceda al vínculo un motivo de ser o una dirección a donde llegar.

Muchas parejas optan por la crianza de niños, pero realmente es cuestión de gustos y de sentirte cómodo. Puede ser la creación de una empresa, estudios juntos, etc.

Gracias a esto mantendremos el ocio lejos y la rutina del día a día lo más dinámica posible para que la monotonía no pise ni siquiera cerca de nosotros y tengamos una relación de pareja sana.

Aclarar las expectativas de parejas

Como mencionamos en el primer punto, cada persona tiene sus gustos y, con ello, vienen las expectativas que se tienen de la relación. Todos tenemos derecho a aspirar aquello que nos hace sentir bien, como la seguridad de que no se nos impondrá algo que simplemente no va de acorde a nuestros proyectos.

Por eso, no hay nada más sano y maduro que sentarse a desarrollar cómo planeamos vivir a largo plazo (en los próximos 5 a 10 años): qué cambios en nuestra vida te gustaría que se hicieran y cómo tu pareja puede apoyarte para que gocen de una relación de pareja sana.

Muchas parejas evitan esta discusión debido a lo compleja que puede ser, pero el silencio tarde o temprano trae consigo visitas no esperadas, como costumbres que no conocían o anhelos que simplemente no pueden corresponder.

Tener pocas banderas rojas

Actualmente se utiliza el término “banderas rojas” para referirse a una señal de que una persona podría tener malos hábitos o que la relación podría volverse tóxica.

Las banderas rojas mismas dependen de qué es normal para ti y qué no estás dispuesto a tolerar de otra persona.

Claro está, algunas son más evidentes que otras. Por ejemplo, si tu pareja a los pocos meses de relación comienza a mostrar una conducta sumamente violenta o posesiva, ya puedes anotar en tu lista la primera bandera roja que te sugiere que te salgas de este bote lo más pronto posible.

Lo ideal sería no esperar a ver muchas banderas rojas para tomar esta decisión, ya que cada vez es más complejo decidir por terminar la relación y más daño se hacen permaneciendo juntos.

Tener compatibilidad

Hay relaciones que son como el agua y el aceite, que por más madurez que pueda disponer cada uno de los individuos, la convivencia se volverá con el tiempo imposible soportar.

A fin de cuentas, funcionamos similar a los experimentos que se realizan en los laboratorios de química, a veces reaccionamos bien y otras no tanto.
Lo ideal sería desarrollar un buen ojo para saber rápidamente si la otra persona realmente es compatible con nosotros, saber si sus gustos culinarios, musicales, de hábitos, etc., concuerdan con los nuestros.

Es importante que nos podamos sentir cómodos con quien decidimos estar y sentir que podemos ser nosotros mismos.

Además, debemos recordar que muchas veces, cuando socializamos, nos cohibimos y nos comportamos de una forma acorde a la situación. Encontrar una persona con quien puedas decir y expresar exactamente lo que piensas sumará un punto a favor de la estabilidad de tu vínculo.

Ambos tienen que estar listos para el compromiso

Este punto es fundamental y deben hablarlo lo más pronto posible. Si uno de los dos no tiene pensado comprometerse a una relación duradera, entonces están condenados desde el comienzo.

Es entendible que no sea un tema que pueda hablarse desde el primer día de relación, ya que puede causar un efecto de presión. Es decir, el otro se podría sentir como si le estás dando un ultimátum y quieres que desde el primer día se hable de bodas. No es la idea.

Preferiblemente, debemos encontrar un momento en donde la relación ya tenga cierta base y pueda resistir este momento que definirá hacia dónde se dirigen.

Como puedes ver, llegar a una relación sana no se dará de un día para otro. Por el contrario, es un trabajo de día a día que requiere que pongas de tu parte y mucha paciencia, además de encontrar a la persona que esté en sintonía contigo. No obstante, una vez que lo encuentres, te aseguramos que ambos se sentirán muy bien y tendrán un compañero fiel en quién apoyarse.

Espero que este post te haya sido de mucha ayuda. Siempre contando contigo, te exhorto a las tres C: Comenta, Comparte y Compra. 😉

¡Gracias!