El poder de la mente humana y su influencia sobre el cuerpo ha sido un tema de interés durante siglos. Uno de los fenómenos más intrigantes en este ámbito es el efecto placebo, un testimonio del asombroso poder de la mente para afectar el bienestar físico. En este artículo, exploraremos en profundidad qué es el efecto placebo, cómo funciona, y cómo puedes utilizarlo para potenciar tu cuerpo y mente.
¿Alguna vez has escuchado del efecto placebo?
En 1955 Henry Beecher realizaba cirugías con éxito durante la Segunda Guerra Mundial, reemplazando la morfina por una solución salina. Suena doloroso, ¿verdad?
En realidad, no lo era. Y el secreto era la convicción de sus pacientes de que estaban recibiendo la medicación que necesitaban. A pesar de que la morfina no se encontraba en su organismo, la idea de tener todo lo necesario para no sentir dolor durante el proceso fue suficiente.
Posterior a este suceso, se realizaron estudios sobre el efecto placebo y se descubrió que, cuando tomamos placebos, nuestra mente se encarga de producir endorfinas. Es decir, el alivio no es solo “mental”, sino que también físico.
El cuerpo es capaz de producir las sustancias que necesitamos para sentirnos mejor. No es solo una creencia, es una realidad.
¿Cómo funciona el efecto placebo?
Pues todo se debe a la estrecha relación que hay en nuestro cuerpo y mente. Veamos a nuestro organismo como una gran fábrica de hormonas que pueden hacernos sentir bien o mal. Todo depende de la demanda que exista.
Si nuestra mente logra activar la producción de hormonas que puedan tener un efecto positivo en nuestra cuerpo, entonces lograremos sanar y disponer de una sensación de bienestar.
Pero, como dijimos, en esta empresa se puede producir todo tipo de hormonas. Y si la lista de producción no es buena, entonces podemos esperar que el resultado sea un estado anímico deficiente y un cuerpo incapaz de generar un estado emocional estable.
¿Cómo puedes ser tu propio placebo?
No te desanimes con lo que mencionamos arriba, no pretendemos que creas que tu cuerpo es tu enemigo. ¡Es todo lo contrario! Se trata de aprender que en nosotros está la clave para producir las sustancias que necesitamos para sentirnos bien y, por ende, estar a la altura de todo desafío que se presente en nuestro día a día.
Las pastillas y dietas que existen en el mercado tienen un propósito: estimular a nuestro organismo a producir cierto equilibrio químico en nuestro cuerpo para garantizar cierto bienestar. Pero, aunque esta ayuda es excelente, depender de esto también puede ser contraproducente.
Nosotros también podemos demandar este equilibrio hormonal con un secreto: Confianza en nuestras ideas.
Suena simple a primera vista, pero si analizas las operaciones que realizó Beecher, puedes ver que no hubo ningún elemento adicional más que la creencia férrea de los pacientes de que estaba recibiendo la medicina que necesitaban para no sentir dolor.
Entonces, ¿qué nos diferencia en nuestro día a día de los pacientes de Beecher?
Todos queremos creer en las acciones que vamos a realizar, pero aún así nuestro cuerpo no hace magia para que suceda. ¿Esto significa que la fábrica de tu cuerpo está dañada? No, no te preocupes, estás totalmente bien.
El único problema, reside en nuestra reacción a los contratiempos y cómo estos generan muchas más ideas de las que nosotros podemos compensar.
Por ejemplo, si estamos practicando algún instrumento musical y nos proponemos aprender una canción, entonces ya ahí habremos creado la idea y habremos comenzado cierta producción hormonal hacia ese fin. Pero, supongamos que en nuestro aprendizaje nos cuesta mucho la posición de un acorde, entonces esto fácilmente generará pensamientos en tu mente como: “no puedo hacerlo, es muy difícil para mi”.
Es una reacción común en muchas personas, pero tienes que entender que esto es justamente lo que nos hace tan distintos a los pacientes de La Segunda Guerra Mundial. Ellos no tenían dudas de cómo la morfina iba a surtir efecto en su organismo. No había segundos pensamientos.
Entonces, la forma de hacernos nuestro propio efecto placebo, es entrenarnos y quedarnos únicamente con los pensamientos que nosotros seleccionamos.
No es fácil, pero sí posible. Todos sabemos que es muy sencillo que un contexto específico nos desaliente.
Por eso, deberás seguir los siguientes pasos:
Visualiza
Es una técnica poderosa que puede utilizarse en conjunto con el efecto placebo para mejorar la respuesta del cuerpo y la mente. La visualización implica imaginar un resultado positivo y hacerse una imagen vívida y realista de la experiencia deseada. Esta técnica puede ayudar a activar los mismos circuitos cerebrales que se activan durante la experiencia real, lo que puede mejorar la respuesta del cuerpo a las intervenciones placebo.
Por ejemplo, si una persona sufre de dolor crónico, puede utilizar la visualización para imaginar que el dolor disminuye y que se siente cómoda y relajada. Esta visualización puede ayudar a activar los sistemas de recompensa y placer del cerebro, lo que puede aumentar la producción de endorfinas y disminuir la percepción del dolor.
La visualización también puede utilizarse para mejorar la confianza en uno mismo y aumentar la motivación. Si una persona tiene una tarea difícil por delante, puede visualizarse a sí misma completando la tarea con éxito y sintiéndose orgullosa y satisfecha. Esta visualización puede ayudar a activar los sistemas de recompensa del cerebro y aumentar la confianza en las propias habilidades.
Sugestión Positiva
La sugestión positiva implica proporcionar mensajes positivos y alentadores a una persona con la intención de mejorar su bienestar y su respuesta a un tratamiento o intervención.
Por ejemplo, si una persona está recibiendo un tratamiento placebo para la ansiedad, el médico o el terapeuta puede utilizar la sugestión positiva para proporcionar mensajes alentadores y afirmativos que ayuden a la persona a sentirse más tranquila y relajada. Los mensajes positivos pueden incluir afirmaciones como «eres capaz de controlar tus pensamientos y emociones» o «puedes relajarte y sentirte tranquilo y sereno».
La sugestión positiva puede mejorar la respuesta del cuerpo al tratamiento placebo al activar el sistema de recompensa y placer del cerebro, lo que puede aumentar la producción de endorfinas y disminuir los niveles de cortisol (la hormona del estrés). Además, puede ayudar a mejorar la confianza en uno mismo y la motivación, lo que puede aumentar la eficacia del tratamiento efecto placebo.
Medita
No existe mejor práctica que nos permita tener un gran manejo de nuestra mente. Con esta técnica podremos contemplar cada pensamiento que haya en nosotros. Claro, no sería ideal juzgarnos si visualizamos ideas como “esto no servirá” o “no lo lograré”. La idea es simplemente ser capaces de conocernos mejor y no reaccionar tanto a las situaciones. Disponer de ecuanimidad, que es un elemento clave para esta nueva meta.
Autocuidado
Cuando nos cuidamos a nosotros mismos, estamos enviando un mensaje a nuestro cuerpo de que nos valoramos y queremos lo mejor para nuestra salud. Este mensaje positivo puede influir en el efecto placebo, ya que nuestro cuerpo es más propenso a responder de manera positiva cuando nos sentimos bien cuidados y valorados.
Además, el autocuidado ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, lo que puede mejorar aún más la respuesta del cuerpo al efecto placebo. Cuida de tu cuerpo y mente mediante una dieta saludable, ejercicio, meditación o cualquier otra práctica que te ayude a sentirte bien contigo mismo.
Toma riesgos
Como sabrás, el ingrediente base de esta receta es la confianza en nosotros. La convicción de que lo que queremos hacer, de hecho se hará. Tomar riesgos es una excelente forma de probarnos a nosotros mismos con situaciones que consideramos complejas.
Por supuesto, no nos referimos a que vayamos a un sitio peligroso y esperemos salir ilesos. Pero podríamos atrevernos a pedir ese ascenso que creemos que merecemos, realizar ese maratón que nos gustaría tomar, levantar ese peso que nos da miedo alzar.
Paso a paso retándonos a diario iremos mejorando nuestra confianza en nosotros mismos.
¿Y qué hacemos si fracasamos en estos riesgos?
Ponemos en práctica conservar nuestra convicción intacta. Sin que esto influya.
Crear rituales de curación
Los rituales pueden potenciar el efecto placebo al crear una sensación de estructura y previsibilidad. Estos rituales pueden ser tan simples como seguir una rutina diaria de autocuidado o tan complejos como ceremonias personales de sanación.
Un ejemplo podría ser dedicar unos minutos cada mañana a la meditación, seguida de la ingesta de un suplemento o medicamento, mientras te dices a ti mismo que te está ayudando a sanar y mejorar tu salud.
Algunas personas pueden encontrar que tomarse un té caliente antes de acostarse o escuchar música relajante puede ayudarles a conciliar el sueño y mejorar la calidad de su descanso.
¿Sabías que tu mente tiene el poder de curarte y mejorar tu bienestar solo con creer?
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¿Puede el efecto placebo realmente curar enfermedades?
No esta demostrado «científicamente» ni a favor ni en contra. Pero puede mejorar los síntomas y el bienestar general, especialmente en condiciones que tienen un componente psicológico significativo.
¿Cómo puedo saber si estoy experimentando el efecto placebo?
Si notas una mejora en tus síntomas tras un tratamiento sin propiedades terapéuticas conocidas, es posible que estés experimentando el efecto placebo. Sin embargo, es importante consultar a un profesional de la salud para una evaluación precisa.
¿Es ético utilizar placebos en tratamientos médicos?
El uso de placebos plantea consideraciones éticas, especialmente en cuanto a la transparencia y el consentimiento informado. Los pacientes deben ser plenamente conscientes de la naturaleza del tratamiento para asegurar un uso ético de los placebos.
Reflexión
El poder de la mente sobre el cuerpo es real y puede tener un impacto significativo en tu vida. Al adoptar una actitud positiva, visualizar el resultado deseado, cuidar de tu cuerpo y mente, puedes aprovechar el poder del efecto placebo para superar desafíos y mejorar tu bienestar general.
Espero que este post te haya sido de mucha ayuda. Siempre contando contigo, te exhorto a las tres C: Comenta, Comparte y Compra. 😉
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