¿Cúales son los 8 principios básicos de la crianza consciente?

La crianza consciente ha tomado fuerza durante los últimos años en todo el mundo. Pero no se trata solo de una moda entre padres millenials, sino más bien de un modelo de crianza que busca formar un entorno en el hogar liderado por el amor y el respeto.

Para conseguirlo, debemos hacer grandes cambios en nuestra forma de pensar y de vivir. Hoy te damos a conocer los principios básicos para lograrla.

¿Qué es la crianza consciente?

La crianza consciente es un enfoque que se centra en estar plenamente presente y atento en la crianza de nuestros hijos. Implica crear una conexión emocional profunda con los niños, entender y satisfacer sus necesidades de manera sensible y fomentar su desarrollo emocional y cognitivo. La crianza consciente no solo beneficia a los hijos, sino también a los padres, ya que promueve el autoconocimiento y el crecimiento personal.

Principios básicos a tener en cuenta

Descubre qué significa criar conscientemente para fomentar el crecimiento saludable y la resiliencia en tus hijos.

Principio 1: La consciencia plena

La base de este enfoque de crianza es la consciencia de sí mismo. No podemos pretender que un niño controle sus emociones si somos incapaces de controlarnos nosotros mismos. Por lo tanto, para formar una consciencia plena, debemos analizarnos, conocernos y aprender a manejar nuestras emociones.

Lo primordial es empezar a hacer nuestras rutinas cotidianas de forma más consciente, enfocando nuestros pensamientos en el “ahora” y tomando unos segundos para reflexionar antes de dar cualquier paso. Dejamos atrás los impulsos y empezamos a movernos a través de la sensatez.

También debemos dedicar tiempo a observar a nuestros hijos para ayudarlos a conocerse a sí mismos y, así, asegurarnos de que también aprendan a gestionar sus emociones.

Principio 2: Amor incondicional y paciencia

Aunque sea difícil de creer, muchas veces condicionamos el amor hacia nuestros hijos dependiendo de cuánto nos satisface su comportamiento o sus logros.

Debemos comprender que un niño es un ser que no conoce la sociedad y sus reglas, por lo que sus acciones en los primeros años pueden salirse por completo de lo que es “socialmente aceptable”. Tampoco tenemos hijos para que cumplan con nuestras propias metas o tengan gustos parecidos a los nuestros.

Muestra tu amor infinito hacia él en vez de juzgarlo. Elimina la presión en tu hijo de llenar tus expectativas y ten la paciencia necesaria mientras va desarrollando su personalidad poco a poco.

Principio 3: Apego y atención a sus necesidades

Durante años, en la crianza tradicional, la práctica del apego se ha relacionado con una malacrianza. Sin embargo, el apego no es más que la formación de un vínculo fuerte entre el niño y sus padres, permitiéndole sentirse protegido y seguro.

Un niño, desde su nacimiento, necesita a sus padres. Somos responsables de cumplir con sus necesidades básicas, así como ayudarlos en su desarrollo físico y mental. Además, la carencia de contacto físico lo hará sentirse solo y angustiado, haciendo que en el futuro pueda convertirse en un adulto inseguro.

El apego puede practicarse en diversas formas, como el colecho a la hora de dormir, el uso del porteo, la lactancia materna exclusiva, cargarlo cuando llora, prestarle la atención necesaria cuando se lastima, entre otros. Pero si, por cualquier razón, alguna de estas prácticas no es para ti, ¡no te preocupes! No hay reglas específicas para crear un vínculo con tu hijo, estamos seguros de que puedes encontrar la mejor manera de hacerlo según tus necesidades y las suyas. 

Principio 4: Horizontalidad y respeto

En un hogar respetuoso todos son iguales. Evitamos caer en una relación de dominación y sumisión, en donde el niño vive su día a día sintiéndose inferior.  

Por el contrario, debemos fomentar el respeto a todos por igual, tanto en el hogar como en la calle. Si aplicamos el dicho “trata a los demás como quieres ser tratado”, tu pequeño entenderá que no solo los adultos merecen ser respetados por mera jerarquía, sino que también cualquier otro ser humano (o ser vivo) merece un trato digno.

Incentivar a respetar a otros también los hará respetarse a sí mismos, lo cual tendrá un impacto positivo en su autoestima.

Principio 5: Empatía

Aunque sean pequeños, los niños también son personas: se frustran, se entristecen, se molestan, se emocionan, se estresan… y todo esto sin saberlo controlar. Es por eso que es tan importante no minimizar sus sentimientos y tomarnos el tiempo necesario para escucharlos. Es la única forma en la que podemos entenderlos para luego ayudarlos a canalizar correctamente sus emociones y ofrecerle posibles soluciones.

Al igual que en el punto anterior, la práctica constante de la empatía en el hogar, les permitirá convertirse en seres empáticos con las otras personas, lo cual será muy efectivo para relacionarse en el futuro.

Principio 6: Límites razonables y disciplina sin castigos

En la crianza consciente evitamos el uso de gritos y castigos como medio para disciplinar, debido a que esto solo logrará que el niño obedezca por miedo a las consecuencias. Recordemos que estamos formando un vínculo afectuoso y respetuoso con él, por lo que agredirlo de cualquier manera haría el efecto contrario.

Muchas personas suelen confundir este principio con una crianza permisiva y sin límites. Pero nada está más alejado de la realidad. Los límites deben existir y nuestro hijo los debe conocer, lo que cambiamos acá es la manera en que se los enseñamos.

¿Y cómo lo logramos? Con mucha paciencia, trabajando en los principios mencionados anteriormente en conjunto. Por supuesto, no es una receta mágica, pero te permitirá formar personas respetuosas sin la necesidad de acudir a la intimidación.  

Principio 7: Bienestar familiar

Todo lo nombrado anteriormente no será posible si los miembros de la familia no están en sintonía. Además, los niños desde muy pequeños pueden percibir situaciones de tensión entre los padres y absorber el malestar.

Hay que darle la debida prioridad a resolver los problemas familiares de manera sana, pensando siempre en qué es lo mejor para los niños.  

Principio 8: Sé amable contigo mismo

El camino hacia una crianza respetuosa no es fácil, sobre todo si antes ejercías otro método. Y sabemos que llevarlo a cabo requiere mayormente de ti. Por lo tanto, será normal que te llegues a sentir abrumado o insuficiente. ¡Y esto nos pasa a todos en algún momento!

Es por esto que debes ser muy paciente contigo mismo, saber que el cambio no vendrá de un día para otro y que posiblemente la situación vaya a “salirse de control” aunque estés esforzándote por hacer todo bien. Los errores son parte del proceso y aceptarlos te hará mejorar poco a poco.

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La crianza consciente es un viaje transformador que beneficia tanto a padres como a hijos. En esta sección, te presentamos una selección de libros que te guiarán a través de los 8 principios básicos de la crianza consciente. Aprovecha esta oportunidad para convertirte en un padre más consciente y fortalecer el vínculo con tus hijos.

¿La crianza consciente implica nunca regañar o castigar a los niños?

No necesariamente. La crianza consciente implica establecer límites con amor y respeto. Puede implicar consecuencias razonables y apropiadas, pero se centra en la comunicación efectiva y el entendimiento de las necesidades del niño.

¿La crianza consciente es igual para todos los niños?

No, la crianza consciente se adapta a las necesidades individuales de cada niño. Lo que funciona para un niño puede no funcionar para otro. Se trata de estar atento y responder de manera apropiada a cada hijo.

¿Es difícil practicar la crianza consciente?

La crianza consciente puede ser un desafío, especialmente en situaciones estresantes. Requiere práctica y autoconciencia, pero los beneficios para los niños y los padres hacen que el esfuerzo valga la pena.

Palabras Finales

La crianza consciente se trata de criar a tus hijos con amor, respeto y atención plena. Aplicar estos 8 principios básicos en tu vida diaria puede fortalecer el vínculo entre padres e hijos, promover el desarrollo saludable y fomentar la resiliencia emocional en tus seres queridos.

La crianza consciente no solo beneficia a los niños, sino que también enriquece la vida de los padres, brindándoles un sentido más profundo de propósito y satisfacción en su rol como padres.

Espero que este post te haya sido de mucha ayuda. Siempre contando contigo, te exhorto a las tres C: Comenta, Comparte y Compra. 😉

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