¿Cómo ayudar a una persona con depresión y ansiedad?

¿Te sientes atrapado en una espiral de tristeza y aislamiento? La depresión y la ansiedad son dos de los trastornos mentales más comunes, pero también de los más silenciosos. Muchos experimentan sus síntomas en secreto, recluyéndose en casa y esperando que la situación se arregle sola.

La realidad es que la depresión y la ansiedad no se van por sí mismas. Sin ayuda, pueden convertirse en un pozo cada vez más profundo.

Pero no estás solo. Hay una luz al final del túnel. En este artículo, te guiaremos sobre cómo ofrecer una mano amiga a quienes viven con estos trastornos, y cómo encontrar la ayuda que necesitas si tú mismo estás luchando contra ellos.

¿Qué es la depresión y la ansiedad?

Para entender un poco mejor la situación, veamos en qué consisten estos estados mentales:

Depresión

Es un trastorno mental caracterizado por un estado de ánimo muy bajo. Pero no se puede confundir con una tristeza cualquiera, ya que sus síntomas son lo que lo evidencian.

Al comenzar a experimentar este estado, tendrás ausencia de energía para realizar tus actividades diarias. Te invadirán sentimientos de culpa por situaciones recientes, o incluso pasadas, y sentirás un agotamiento muy fuerte. 

A diferencia de un bajón de ánimos, la depresión puede mermar tu percepción de otras situaciones. Puede llegar a hacer que veas todo “gris”, incluso las cosas que anteriormente encontrabas positivas.

Señales de advertencia:

  • Sentimientos de tristeza, desesperanza o vacío.
  • Pérdida de interés en las actividades que antes se disfrutaban.
  • Cambios en el apetito o el sueño.
  • Dificultad para concentrarse o tomar decisiones.
  • Fatiga o pérdida de energía.
  • Sentimientos de culpa o inutilidad.
  • Pensamientos de muerte o suicidio.

Ansiedad

La ansiedad es una sensación de miedo generalizado. Es una respuesta del cuerpo ante situaciones estresantes, lo cual te hace sentir tenso. Hace que la mente se acelere y encuentres difícil percibir con normalidad ciertas situaciones. Sin embargo, cuando la ansiedad se vuelve excesiva o ocurre sin razón aparente, puede convertirse en un problema de salud mental.

Señales de advertencia:

  • Sentimientos de nerviosismo, inquietud o pánico.
  • Dificultad para concentrarse o pensar con claridad.
  • Irritabilidad.
  • Dificultad para dormir.
  • Síntomas físicos como palpitaciones del corazón, dificultad para respirar, sudoración, temblores o náuseas.

Diferencias entre depresión y ansiedad

Aunque ambos pueden derivar en melancolía, sí es posible distinguirlos.

Estas son algunas de sus diferencias:

  1. La depresión incluye pensamientos pesimistas sobre la persona misma, mientras que la ansiedad percibe la idea de que toda acción terminará en una desenlace fatalista.
  2. La persona con depresión no tendrá ánimos de realizar ninguna actividad, mientras que el ansioso sigue deseando continuar con su vida, pero el miedo lo limita.
  3. La ansiedad te hace sentir inquieto, pero cuando te sientes depresivo no tienes energía.
  4. Quien vive un caso de ansiedad sigue gozando de aquellas actividades que le gustan, mientras que el depresivo percibe una disminución del disfrute en lo que hace.

Tipos de ansiedad

En el caso de la ansiedad, esta se divide en distintos tipos. Puede variar la causa y el grado de miedo que siente el individuo. Estos son los tipos más comunes:

Ansiedad generalizada

La ansiedad generalizada es un sentimiento constante de ansiedad y preocupación sin poder identificar la causa o sin realmente necesitar alguna. Es un sentimiento que se extrapola a cualquier actividad o meta diaria.

Por ejemplo, si el individuo desea jugar fútbol, tarde o temprano su mente encontrará motivos lógicos de por qué la situación podría ser muy peligrosa. Por ello, es común crear rutinas que tengan poco o nulo riesgo. En su mayoría, permanecer en casa.

Ansiedad social

En este caso, sí existe un factor que dispara la respuesta de ansiedad, siendo el estímulo social. La persona puede continuar desempeñando cualquier actividad de forma lógica, siempre y cuando esta no incluya interacciones fuera de su zona de confort.

El lado negativo es que la sociedad está construida alrededor de las relaciones interpersonales, por lo que el individuo se verá bastante limitado.

Trastorno de pánico

En estos casos, el individuo puede llegar a sentir un nivel de ansiedad tan grande que deriva en un estado que no puede controlar.

Esto incluye sensación de parálisis, dificultad para razonar cosas básicas, latidos fuertes, hormigueo y desvanecimiento. Este conjunto de síntomas pueden fácilmente confundirse con un infarto o alimentar la idea de que se está a punto de morir.

Dependiendo del manejo de ansiedad base, esto puede ocurrir varias veces al día o pocas veces al año. Además, el miedo a que ocurra puede limitar tu vida al punto de recluirte en casa, donde sería más cómodo que sucediese.

¿Cómo hablar con una persona con depresión o ansiedad?

Como puedes ver, se trata de un estado mental complejo que puede ser aún más difícil de superar si las personas alrededor del afectado tienen poca empatía.

Consejos para iniciar una conversación

  • Adáptate al ritmo de comunicación que lleve la persona.
  • Acompaña al otro incluso en silencios o actividades.
  • Busca empatizar con lo que siente el otro sin emitir juicios.

Escucha activa

Alrededor de estos trastornos mentales muchas veces hay pensamientos que no van acorde a lo común en la sociedad. Pero lo importante es hacer saber al otro que se le está dando la oportunidad de expresarse, sin juicios ni intentos de cambiar su ideología.

Evita minimizar o invalidar sus sentimientos

No intentes hacer un cambio brusco y caer en el cliché de “simplemente ponte feliz”. Comprende la forma de pensar del otro y muéstrate abierto a considerar lo que dicen. Esto ayuda a que el afectado se sienta ante una escucha cálida y que sus sentimientos tienen validez.

Cómo ofrecer ayuda práctica

Acompáñalos a realizar actividades

No hay salida fácil de la depresión o la ansiedad, por lo que muchas veces la compañía en actividades puede ser una forma de que el otro transpire lo que siente.

Ayúdalos con las tareas del día a día

Si la persona está deprimida o ansiosa, puede tener dificultades para realizar las tareas del día a día. Ofrécete a ayudarles con las tareas domésticas, las compras o el cuidado de los niños. Asistir en actividades básicas puede ser una forma de disminuir los pensamientos depresivos o el miedo que causa la ansiedad y la depresión.

Anímalos a buscar ayuda profesional

Llevar a cabo estos consejos, poco a poco te permitirá tener el derecho de sugerir la ayuda profesional. A última instancia, este será el camino más efectivo para sobrellevar el trastorno.

La ayuda profesional suele ser el camino más confiable para superar estos estados. Las dinámicas conversacionales y el ritmo con las que se manejan muestran efectos muy positivos.

Además, suelen estar acompañados de medicamentos que envían respuestas químicas al cerebro, los cuales apaciguan los peores síntomas y hacen mucho más sencillo el proceso. Es una especie de muleta neuronal.

Establecer límites saludables

Lastimosamente, se trata de situaciones particulares en donde las personas están muy frágiles y puede llevarlos a desarrollar costumbres tóxicas. Por lo tanto, apoyar en estas situaciones puede ser muy complejo. Debes armarte de paciencia, pero también establecer límites cuando tu salud se esté viendo afectada.

Si el otro comienza a llamarte por medio de adjetivos nocivos o utiliza la agresión física, debes demostrar que no puede suceder. Di no cuando sea necesario y demuestra no estás dispuesto a aceptar esos comportamientos.

Promoviendo un estilo de vida saludable

Un estilo de vida saludable puede desempeñar un papel crucial en el manejo de la depresión y la ansiedad. Anima a tu ser querido a participar en actividades que disfruten y que promuevan su bienestar físico y emocional, como hacer ejercicio regularmente, practicar técnicas de relajación, y mantener una dieta balanceada. Además, asegúrate de que duerman lo suficiente, y eviten el consumo excesivo de alcohol y drogas, ya que estos pueden empeorar los síntomas de la depresión y la ansiedad.

¿Cómo puedo ayudar a alguien que se niega a buscar ayuda profesional para su depresión y ansiedad?

Es importante respetar la autonomía y las decisiones de la persona, pero también es crucial expresar tu preocupación y ofrecer tu apoyo incondicional. Anima a la persona a hablar con un profesional de la salud mental y ofrécele acompañamiento si lo necesitan.

¿Cuál es la diferencia entre la tristeza normal y la depresión?

La tristeza normal es una emoción temporal y pasajera que generalmente se desencadena por un evento específico, como la pérdida de un ser querido. La depresión, por otro lado, es una enfermedad mental grave que afecta el estado de ánimo, los pensamientos y el comportamiento de una persona durante un período prolongado.

¿Cómo puedo cuidar de mí mismo mientras ayudo a alguien con depresión y ansiedad?

Es importante establecer límites saludables y buscar apoyo emocional para ti mismo, mientras ayudas a un ser querido con depresión y ansiedad. No dudes en buscar la ayuda de un terapeuta o un grupo de apoyo si lo necesitas, y recuerda cuidar tu bienestar físico y emocional.

Reflexión

La depresión y la ansiedad no son peligrosas si se sobrellevan de forma óptima. Pero la tendencia en un individuo es la de no buscar ayuda por vergüenza o fatalismo.

Con la orientación adecuada, es algo que no debe ser trascendental. Por eso, ármate de paciencia para poder guíar a tu ser querido y lograr que sea solo una anécdota del pasado.

Espero que este post te haya sido de mucha ayuda. Siempre contando contigo, te exhorto a las tres C: Comenta, Comparte y Compra. 😉

¡Gracias!

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