Un niño que amaba dibujar.
Lilidiana Cruz: En tu experiencia, ¿Cómo un niño que viaja mucho se convierte en un artista como Ehren Fritz?
Ehren Fritz Gerhard: Comenzó en la niñez, mis padres viajaban mucho. Era ir de vacaciones, conducir para visitar a familiares, ver lugares, culturas y como viven las personas en diferentes partes, incluso si es solo a la distancia de un estado. Viví en cuatro estados diferentes mientras crecía. Cada cuatro o cinco años, mis padres se mudaban. Era casi como un niño militar, pero solo siguiendo los trabajos de mis padres, el trabajo y las cosas en la escuela.
Vivir en muchas áreas diferentes y no crecer en el mismo hogar, me influenció para encontrar el sentido y la manera de pertenecer al lugar donde vivo. Me gusta aprender sobre la cultura y la historia e involucrarme en ese lugar. Sobre todo, me interesa salir, aprender sobre la naturaleza y experimentarla. Crecí yendo a cuevas subterráneas cuando era un niño de cuatro o cinco años y durante parte de mi primera juventud, era común acampar, estar en el agua, viajar en canoa, pescar y cosas así, en todo tipo de partes del país.
Lilidiana Cruz: ¿Qué más te llevó por el camino de las artes plásticas para representar el mundo que percibías? ¿Cuál fue el detonante?
Ehren Fritz Gerhard: Siempre me ha gustado dibujar, el solo acto de usar mis manos. Creo que esa es probablemente la influencia principal o el factor detonante. También un apoyo interminable de miembros de la familia para hacer las cosas en las que era naturalmente bueno. Lo disfruté mucho.
Hice mucha cerámica en la universidad y en la escuela secundaria. Tuve que llevar una rueda a casa en cierta ocasión. Mis maestros me dieron una rueda del estudio para llevar a casa y arcilla durante el verano. Siempre hice mucha escultura. Pero hay algo en la imagen, la imagen bidimensional y en cómo poder crear algo en ese lienzo plano o papel o lo que sea con mis propias manos. Uso la fotografía y otros medios como una forma de apoyo. Construyo mis propios bastidores y lienzos, estiro el lienzo y hago todos esos elementos. Es bueno saber hacer todas esas cosas porque ayuda a influir en el trabajo. Pero lo mágico es usar mis manos con la sensación de un pincel mezclando la pintura.
Algunas historias se convierten en pinturas.
Lilidiana Cruz: ¿Cuál ha sido tu experiencia más peligrosa en la naturaleza?
Ehren Fritz Gerhard: Solía hacer muchas cosas cuando vivíamos en el oeste de Arizona, salía y acampaba mucho en la naturaleza, en áreas donde no hay nadie más. Es bueno pero también peligroso. En Arizona una vez acampamos y dormimos en un hoyo en la roca, frente a la pared del cañón, es como si los navajos y los pueblos construyeran viviendas en los acantilados en las rocas. Pero no era una vivienda en un acantilado, era solo un agujero abierto en una roca donde cabía lo suficiente para acostarse. Teníamos una fogata allí. Descendieron rocas y grava repentinamente justo después de la fogata. Antes dibujamos una línea y dijimos, no pases esta línea porque puedes caerte de este acantilado de 1000 pies. Tenía dos amigos conmigo! Uno de ellos alcanzó un trozo de madera allí y comenzó a deslizarse pero su hermano lo atrapó! !Luego agarré al otro amigo y lo levantamos! ¡Eso fue un gran susto! Yo trato de mantenerme bastante seguro y no ponerme en esas situaciones.
En otra ocasión fue una inundación repentina, que es común en el oeste si está lloviendo. Estaba caminando con mi esposa y dos de nuestros amigos en el fondo del cañón. Hay un sonido típico cuando ocurre este fenómeno, es como un tren de carga, como una gran locomotora bajando. Primero está este trueno rugiente. Estar en el fondo del cañón y escuchar el ruido es atemorizante! Rápidamente corrimos y trepamos lo más rápido posible para salir. La inundación no llegó muy alto. Tal vez subió un pie más o menos, pero aún así fue aterrador.
En otro momento estábamos de excursión, todos acampando con otros amigos. Era un lugar diferente, de noche , había bosques muy espesos y áreas abiertas. Hicimos una caminata nocturna. Es algo que hacemos después de la cena, ir de excursión al bosque con linternas y mirar en los alrededores. Dos de nuestros amigos querían seguir yendo cada vez más lejos y dijimos, no, no, no, ¡está muy oscuro ahí dentro! No pueden ver nada, no pueden saber a dónde van! Pero siguieron la exploración. Solo un segundo después se habían ido. No podíamos escucharlos. Simplemente desaparecieron , volvimos al auto, no pudimos encontrarlos. Gritamos e hicimos sonar la bocina en el auto toda la noche. Cada hora me levantaba y tocaba la bocina. Tenían una gran historia cuando regresaron, pero finalmente fue al amanecer, eso fue bastante cerca de un mal final allí.
Lilidiana Cruz: ¡Vaya!, ¡Puedes escribir un libro con ese tipo de historias!
Ehren Fritz Gerhard: Algunas de ellas se han convertido en pinturas, o en dibujos. Obtienes esas historias de volver repetidamente a un lugar y de hacer muchas cosas para obtener esas experiencias que ayudan a reforzar los temas en el trabajo.
Sobre Florida están las pinturas más salvajes, las de Happehatchee, de la jungla realmente espesa y más oscura. Vivíamos en este viejo bosque y te ibas en nuestro porche a esta pequeña choza, una casa sobre pilotes en el río en un estero. Escuchas armadillos en el bosque que suenan como un asesino con hacha caminando arrastrando la pierna como una película de terror. Es muy ruidoso, crujiendo las hojas y todo. Si no sabes lo que es, es absolutamente aterrador.
Una vez era de noche y teníamos la linterna apagada. Los armadillos no pueden ver muy bien o casi nada en la oscuridad. Pero pueden sentir vibraciones como una tortuga y venía este armadillo que corría directamente hacia mí y no se detenía y di un pisotón al suelo y al sentir la vibración fue que saltó y escapó.
Lo más interesante son las pequeñas cosas que se llegan a conocer. Es como algunas personas que han crecido en Florida no tienen miedo de los caimanes. La mayoría de las personas en las ciudades que vienen de vacaciones están absolutamente aterrorizadas. Todos ellos, solo comen de noche. Está bien, no se meterán contigo. Mientras no estén en el momento de alimentarse, no hay nada de qué preocuparse, lo cual siempre es angustioso, pero cuando oyes las historias aprendes.
Me gusta saber, conocer a la gente local, escuchar sus opiniones de las cosas y cómo las ven porque ganas mucho conocimiento. Son cosas que han visto muchas veces, algunas las ven todos los días.